Nuevo gasoducto desde Vaca Muerta ahorra importaciones y drenaje de divisas en Argentina
El Gobierno argentino busca revertir la balanza energética negativa
El Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK), cuyo primer tramo fue inaugurado este domingo, es una obra clave para evacuar el gas de la gigantesca formación de hidrocarburos no convencionales de Vaca Muerta (suroeste) y para ahorrar millones de divisas que el país destinaba a importar gas.
La obra permitirá reemplazar el gas caro importado por el que se produce en Vaca Muerta, la segunda reserva de gas no convencional del mundo, en un país en el que el 53 % de la energía proviene del gas, y sustituir parte del gasoil en generación eléctrica de centrales térmicas.
Sin embargo, una obra tan beneficiosa para el desarrollo económico y el ahorro de divisas sufrió los distintos cambios de gobierno: desde el de Cristina Fernández (2007-2015) a Mauricio Macri (2015-2019), al actual de Alberto Fernández y desencuentros internos en la coalición oficialista (peronista).
«Sólo de GNL (gas natural licuado) entre 2020 y 2023 se importaron unos 6.000 millones de dólares que podrían haberse evitado si hubiese estado terminado el gasoducto» durante el gobierno de Macri, explica a EFE el economista experto en energía Julián Rojo.
Rojo agrega que el déficit comercial energético de 4.700 millones de dólares en 2022 «se podría haber revertido».
El Gobierno argentino busca revertir la balanza energética negativa, y ya cuantificó que el gasoducto este año permitirá ahorrar 2.100 millones de dólares y que para 2024 se van a atesorar 4.200 millones de dólares en importaciones.
El gas de Vaca Muerta es hasta seis veces más barato que el gas importado, según el Gobierno argentino, que aclaró que el país va a seguir necesitando compras puntuales de GNL (mediante barcos) para abastecer picos de demanda de invierno.
TRAYECTORIA Y CONEXIÓN
El GPNK, que atraviesa las provincias argentinas de Neuquén, Río Negro, La Pampa y Buenos Aires, será clave para el desarrollo del gas de Vaca Muerta, y Argentina entiende que eso será fundamental para lograr su autoabastecimiento energético y para proyectarse como un proveedor internacional.
Está planeada una segunda etapa del gasoducto, que lo extiende hasta la localidad de San Jerónimo, en la provincia de Santa Fe, lo que permitiría su vinculación con el Gasoducto del Noreste (GNEA).
Los planes prevén sumar la reversión del gasoducto del norte y la instalación de plantas compresoras que consolidarán la capacidad de transporte local y habilitarían la exportación de gas al norte de Chile y a Brasil.
La primera etapa del GPNK fue desarrollada con recursos del Tesoro argentino, que según el gobierno, se recuperan en dos años, pero el Ministerio de Economía ya advirtió de que el segundo tramo requerirá aportes privados.
ENREDOS POLÍTICOS
El proyecto inicial del gasoducto data de 2014, durante el segundo mandato de Cristina Fernández, quien en 2012 tomó la decisión de expropiar a la petrolera española Repsol el 51 % de sus acciones en YPF, la mayor productora de hidrocarburos de Argentina y que lidera la producción en Vaca Muerta.
Hacia el final de la presidencia de Macri, en julio de 2019, se convocó a una licitación para construir el gasoducto y se fijó una fecha de apertura de ofertas que luego se prorrogó tres veces, hasta el 30 de diciembre de 2020.
El 29 de diciembre de 2020, el Gobierno de Alberto Fernández derogó ese llamado a licitación.
La licitación de la obra que lleva el nombre del fallecido expresidente -y esposo de la actual vicepresidenta- Néstor Kirchner (2003-2007) se anunció en abril de 2022.
La licitación para la adquisición de cañerías, donde resultó adjudicada la empresa SIAT, del grupo Techint, provocó una pelea en el gobierno y la salida del ministro de Producción, Matías Kulfas, en junio de 2022.
Finalmente, la construcción del primer tramo de 573 kilómetros del gasoducto, entre las localidades de Tratayén (provincia de Neuquén, suroeste) y Salliqueló (provincia de Buenos Aires) se hizo en el tiempo récord de diez meses.
El pasado 20 de junio, comenzó el llenado del gasoducto y este 9 de julio, cuando se conmemora el día de la independencia argentina, se inauguró formalmente en presencia de las autoridades del país.
Pese a la épica con que el Gobierno anunció la inauguración de este tramo del GPNK, Rojo tiene expectativas «moderadas» de su impacto en la economía argentina, porque cree que «puede ayudar a sostener la producción local y sustituir algo de importaciones, pero no mucho más».
Fuente: mediospublicos.uy