Los actos de bondad se propagan mientras la ONU toma medidas frente al COVID-19
A medida que el brote de coronavirus se extiende a más países, la solidaridad entre personas de todo el mundo también lo hace
Por su parte, la ONU continúa ayudando a los países a contrarrestar el brote y a proteger a los más vulnerables.
A unas 20 o 30 manzanas al sur de la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York existe una comunidad de más de 30.000 residentes cuyas vidas cambiaron drásticamente a consecuencia del coronavirus. Todas las instalaciones, incluso los parques infantiles, están cerradas. Como en muchas otras comunidades, el cierre de colegios, de negocios y el distanciamiento social han hecho que el proyecto residencial Stuyvesant Town-Peter Cooper Village se apresure a contrarrestar la amenaza del virus.
Sin embargo, en mitad de la preocupación por las crecientes tensiones entre vecinos en circunstancias frustrantes, los actos de bondad y solidaridad están floreciendo. Uno de los muchos miembros del personal de la ONU que viven en esa comunidad y trabajan desde allí comunicó que una vecina le llevó papel, ceras de colores y carboncillos para su hija de 7 años, que recibe clases online tras el cierre de su colegio. “Esto es para que juegue tu hija”, dijo la vecina, que vive con su perro, preocupada por la niña y sus padres que tienen que trabajar. Más tarde, la niña contó a sus padres lo siguiente: “Estoy contenta porque puedo dibujar cuando papá y mamá están trabajando [desde casa]”. Con los regalos, salió a la calle acompañada por su madre e hizo un dibujo de un cerezo en flor. “Quería hacer un dibujo de la naturaleza” contaba.
La comunidad también ha puesto en marcha una iniciativa para ayudarse los unos a los otros. En un llamamiento a todos aquellos que quieran hacer voluntariado. La empresa que gestiona el proyecto residencial comenzó a elaborar una lista de voluntarios a los que se puede recurrir para llevar a cabo tareas como asegurar el bienestar de personas mayores y discapacitadas, la entrega de alimentos y agua y la asistencia a mascotas.
Ahora que el brote ha alcanzado el número de 179.843 casos confirmados y 7.176 muertes en 152 países y territorios, en los lugares afectados la gente se ha unido ya sea cantando una canción juntos desde sus ventanas, yendo a comprar productos para los ancianos o llamando a un amigo con el objetivo de calmar la ansiedad y el miedo.
“Todos nos enfrentamos a una amenaza común, el coronavirus. Juntos todavía podemos cambiar el curso de esta pandemia, pero para conseguirlo debemos actuar”, decía el Secretario General de la ONU António Guterres en uno de sus mensajes más recientes, en el que hacía un llamamiento a la “responsabilidad y la solidaridad”.
Solidaridad en cada región
"Si bien esto es indicio de una vigilancia alerta y efectiva, también pone de relieve la necesidad de esfuerzos más agresivos en los que participe toda la sociedad para prevenir una mayor propagación del COVID-19"
Por su parte, la ONU continúa ayudando a los países a contrarrestar el brote. A medida que el epicentro se desplaza de Asia oriental a Europa, las Naciones Unidas piden a los grupos de cada región que aúnan esfuerzos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) convocó una reunión en línea sobre el COVID-19 con representantes de los Ministerios de Sanidad de los 53 Estados miembros de la Región Europea de la OMS. Los participantes hablaron sobre las medidas de salud pública que ya han tomado los países como respuesta a la pandemia y las acciones conjuntas necesarias para reducir la propagación del virus.
El departamento también instó a los países del Asia sudoriental a intensificar urgentemente las medidas y a convertirlas en más agresivas para combatir el COVID-19, ya que los casos confirmados superan los 480 y la enfermedad se ha cobrado ocho vidas. “La situación evoluciona muy rápido. Es necesario que intensifiquemos inmediatamente todos los esfuerzos para evitar que el virus infecte a más personas", dijo Poonam Khetrapal Singh, Director Regional de la OMS de la región de Asia sudoriental.
Mientras que Tailandia tiene 177 casos confirmados, Indonesia tiene 134; la India, 125; Sri Lanka, 19; Maldivas, 13; Bangladesh, 5 y Nepal y Bhután uno cada uno. Estas cifras están aumentando rápidamente y se están confirmando más grupos de transmisión del virus, informó la OMS. “Si bien esto es indicio de una vigilancia alerta y efectiva, también pone de relieve la necesidad de esfuerzos más agresivos en los que participe toda la sociedad para prevenir una mayor propagación” declaró el Director General.
“Ahora que el COVID-19 se ha declarado oficialmente pandemia, todos los países africanos han de actuar” dijo Matshidiso Moeti, Director Regional de África. "Cada país puede cambiar todavía el curso de esta pandemia aumentando su preparación o respuesta ante emergencias. El número de infectados aún es bajo en el continente y podemos hacer que lo siga siendo por medio de acciones robustas que impliquen a todo el gobierno y así luchar contra el nuevo coronavirus»: En Asia oriental, altos funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Japón y la República de Corea celebraron una videoconferencia para confirmar la cooperación en las respuestas al COVID-19, según informaron los medios.
Solidaridad con los más vulnerables
En Ginebra, Catalina Devandas, Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con discapacidad, advirtió que se ha hecho poco para proporcionarle a este sector de la población la orientación y el apoyo necesarios para su protección durante la actual pandemia.
"Las personas con discapacidad sienten que se les ha dejado atrás", dijo la experta en derechos humanos de la ONU. "Las medidas de contención tales como el distanciamiento social y el autoaislamiento pueden resultar imposibles para quienes dependen del apoyo de otros para comer, vestirse y bañarse".
Otros expertos en derechos humanos de las Naciones Unidas también advirtieron de que las declaraciones de emergencia basadas en el brote no deberían utilizarse como base para dirigirse a grupos, minorías o individuos particulares. "No debería utilizarse como una cubierta para la acción represiva bajo el pretexto de proteger la salud ni debe utilizarse para silenciar la labor de los defensores de los derechos humanos", dijeron.
Fuente: www.un.org