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La Conferencia de Biodiversidad de las Naciones Unidas ( COP15 ) llega en un momento en que la red de vida en la Tierra se está deshilachando. La actividad humana está empujando a un millón de especies de plantas y animales hacia la extinción, sin embargo, más de la mitad del PIB mundial depende de la naturaleza. 

Analizamos los cinco principales impulsores de la pérdida de la naturaleza, identificados por el reciente Informe de Evaluación Global de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) .

Cambios en el uso de la tierra y el mar

Los bosques son talados y convertidos a otros usos, principalmente agrícolas. 

El mayor impulsor de la pérdida de biodiversidad es la forma en que las personas usan la tierra y el mar. Esto incluye la conversión de cubiertas terrestres como bosques, humedales y otros hábitats naturales para usos agrícolas y urbanos.

Desde 1990, se han perdido alrededor de 420 millones de hectáreas de bosque debido a la conversión a otros usos de la tierra. La expansión agrícola continúa siendo el principal impulsor de la deforestación, la degradación forestal y la pérdida de biodiversidad forestal.

El sistema alimentario mundial es el principal impulsor de la pérdida de biodiversidad , y la agricultura por sí sola es la amenaza identificada de más del 85 % de las 28 000 especies en peligro de extinción.

La recolección de materiales como los minerales del fondo del océano y la construcción de pueblos y ciudades también tienen un impacto en el medio ambiente natural y la biodiversidad.

Reconsiderar la forma en que las personas cultivan y consumen alimentos es una forma de reducir la presión sobre los ecosistemas . Las tierras de cultivo degradadas y en desuso pueden ser ideales para la restauración, lo que puede ayudar a proteger y restaurar ecosistemas críticos como bosques, turberas y humedales.

Cambio climático

Los animales y las aves de la región polar están perdiendo su hábitat debido al calentamiento global. 

Desde 1980, las emisiones de gases de efecto invernadero se han duplicado , elevando las temperaturas globales promedio en al menos 0,7 grados centígrados. El calentamiento global ya está afectando a especies y ecosistemas de todo el mundo, en particular a los ecosistemas más vulnerables, como los arrecifes de coral, las montañas y los ecosistemas polares. Hay indicios de que los aumentos de temperatura inducidos por el cambio climático pueden amenazar a una de cada seis especies a nivel mundial. 

Los ecosistemas como los bosques, las turberas y los humedales representan depósitos de carbono de importancia mundial . Su conservación, restauración y sostenibilidad son fundamentales para lograr los objetivos del Acuerdo de París . Al trabajar con la naturaleza, las emisiones pueden reducirse hasta en  11,7 gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente por año para 2030 , más del 40 por ciento de lo que se necesita para limitar el calentamiento global.

Contaminación

Uso persistente de productos químicos peligrosos que representan una amenaza para las plantas y los insectos. 

La contaminación, incluida la proveniente de productos químicos y desechos, es un importante impulsor del cambio en la biodiversidad y los ecosistemas, con efectos directos especialmente devastadores en los hábitats marinos y de agua dulce. Las poblaciones de plantas e insectos están disminuyendo como resultado del uso persistente de insecticidas no selectivos altamente peligrosos.

La contaminación plástica marina se ha multiplicado por diez desde 1980 , afectando al menos a 267 especies animales , incluido el 86 % de las tortugas marinas, el 44 % de las aves marinas y el 43 % de los mamíferos marinos. La contaminación del aire y del suelo también está en aumento.

A nivel mundial, la deposición de nitrógeno en la atmósfera es una de las amenazas más graves para la integridad de la biodiversidad mundial. Cuando el nitrógeno se deposita en los ecosistemas terrestres, puede ocurrir una cascada de efectos, que a menudo resultan en una disminución general de la biodiversidad.

La reducción de la contaminación del aire y del agua y la gestión segura de los productos químicos y los desechos son cruciales para abordar la crisis de la naturaleza.

Explotación directa de los recursos naturales

La tala de árboles puede resultar en la pérdida de hábitat para especies de plantas y animales. 

El reciente informe de IPBES sobre el uso sostenible de especies silvestres revela que el uso insostenible de plantas y animales no solo amenaza la supervivencia de un millón de especies en todo el mundo, sino también el sustento de miles de millones de personas que dependen de las especies silvestres para obtener alimento, combustible y ingreso.

Según los científicos , detener y revertir la degradación de las tierras y los océanos puede evitar la pérdida de un millón de especies en peligro de extinción. Además, restaurar solo el 15 por ciento de los ecosistemas en áreas prioritarias mejorará los hábitats, reduciendo así las extinciones en un 60 por ciento al mejorar los hábitats.

Se espera que las negociaciones en la COP15 se centren en la protección de plantas, animales y microbios cuyo material genético es la base de medicamentos y otros productos que salvan vidas. Este tema se conoce como acceso y participación en los beneficios regidos por un acuerdo internacional: el  Protocolo de Nagoya .

Los delegados en la COP15 analizarán cómo las comunidades marginadas, incluidos los pueblos indígenas, pueden beneficiarse de una economía de subsistencia, un sistema basado en el suministro y la regulación de los servicios de los ecosistemas para las necesidades básicas. A través de su conexión espiritual con la tierra, los Pueblos Indígenas juegan un papel de protección vital como guardianes de la biodiversidad.

Especies invasivas

Las especies invasoras representan una amenaza para las especies nativas e impactan negativamente en los ecosistemas. 

Las especies exóticas invasoras (EEI) son animales, plantas, hongos y microorganismos que han entrado y se han establecido en el medio ambiente fuera de su hábitat natural. Las EEI tienen impactos devastadores en la vida vegetal y animal nativa, causando la disminución o incluso la extinción de especies nativas y afectando negativamente a los ecosistemas.

La economía global, con un mayor transporte de bienes y viajes, ha facilitado la introducción de especies exóticas a largas distancias y más allá de los límites naturales. Los efectos negativos de estas especies sobre la biodiversidad pueden verse intensificados por el cambio climático, la destrucción del hábitat y la contaminación.

Las EEI han contribuido a casi el 40 por ciento de todas las extinciones de animales desde el siglo XVII, donde se conoce la causa. Mientras tanto, se estima que las pérdidas ambientales por plagas introducidas en Australia, Brasil, India, Sudáfrica, el Reino Unido y los Estados Unidos superan los 100 000 millones de USD al año.

Las EEI son un problema global que requiere cooperación y acción internacional . Prevenir el movimiento internacional de estas especies y la detección rápida en las fronteras es menos costoso que el control y la erradicación.

Fuente: www.unep.org