RESERVA CERRO PAN DE AZUCAR:
INFORMACION
El cerro Pan de Azúcar tiene una
altura de 423 mts., y es el punto más alto de los cerros que se acercan
a la costa en el departamento de Maldonado. En la cima se ubica una cruz
de cemento armado, de 35 mts. de altura , ideada por Juan Zorrilla de
San Martín en 1933. Se asciende a ella por una escalera caracol interior
que permite llegar al mirador ubicado en sus brazos para apreciar el
paisaje hacia los cuatro puntos cardinales. Desde el centro del
balneario se llega al cerro por la avenida Artigas, que nace en la
rambla de los Argentinos y se prolonga en la ruta 37, conduciendo hasta
la Reserva de Fauna Autóctona enclavada en su falda.
Se recomienda realizar la caminata en horas de la mañana de modo de
evitar las horas en que el sol vuelve demasiado agotador el recorrido.
Llevar agua, protección para el sol, sombrero y frutas jugosas es
aconsejable para un ascenso exitoso. El calzado debe ser cómodo y
adecuado para este tipo de terreno. El trayecto se inicia por los
caminos de la reserva de fauna, internandose en los senderos interiores
que permiten ver las diferentes especies en su hábitat natural. El
trazado laberíntico de ellos torna más atractivo
el recorrido y cada visitante elegirá por cual transitará en esta etapa.
La tranquilidad del lugar hace que la caminata sea placentera observando
cisnes de cuello negro, lobos de río, pumas, hurones y venados de campo
entre otros. En algunos senderos el camino se hace más angosto y la
vegetación se entrelaza dejando pasar apenas unos pocos rayos de sol.
Cualquiera haya sido el camino elegido el punto de inicio de la
ascensión está junto al área donde se localizan los carpinchos. Vale la
pena detenerse allí un momento para observarlos.
Un camino hacia la izquierda es el regreso marcado para aquellos que no
tienen intención de subir el cerro. Comienza entonces el primer tramo de
una escalada que en total llevará una o dos horas, según el ritmo de
cada visitante. Se gira hacia la derecha y se divisan claramente unas
flechas rojas marcadas en las rocas
indicando el sentido a seguir. Hay que prestar atención a ellas para no
perderse. Más adelante el camino deja de estar marcado y sólo una senda
se abre en el monte para indicar la subida. Las piedras se hacen más
grandes, algunas hay que treparlas, otras hay que rodearlas para poder
continuar. Los árboles se ubican a ambos lados, la sombra es permanente
en este tramo. Hay que tener precaución con las rocas para no resbalar,
pequeños hilos de agua descienden sobre ellas.
El camino se hace cada vez más difícil, el monte de eucaliptos termina y
ya no protege del sol, las rocas son más grandes. La vista desde aquí es
increíble, se puede ver la costa, la ciudad, el castillo de Piria y en
los días claros también es posible divisar Punta del Este. Es un buen
lugar para detenerse y apreciar el paisaje. Hay que recargar energía
porque todavía queda camino para recorrer. Hacia arriba se destaca la
cruz que parece ubicarse cerca, pero el camino continúa y aún la cima no
aparece. Luego de unos minutos el ascenso es menos empinado y la
caminata requiere menos esfuerzo. Un trayecto rectilíneo es el preludio
para llegar hasta los pies de la cruz. Es buen lugar para sentarse en el
pasto, tomar algo fresco y sentir el viento dominando en la altura. Para
los que aún tienen energía la invitación es subir hasta los brazos de la
cruz para observar desde allí todo el entorno. El
descenso se realiza por el mismo camino, siendo más fácil y rápido. Hay
que tener precaución con las
piedras sueltas para evitar caer, controlando la velocidad que se
adquiere en la bajada.
Para no perderse no hay que descuidar las rocas pintadas. Es
recomendable conseguir algún palo
resistente que sirva de apoyo a la hora de descender. Luego de cruzar el
monte de eucaliptos la reserva de
fauna parece acercarse rápidamente. El parador que se ubica en la ladera
del cerro o
las mesitas que debajo de las sombras de los arboles invitan a descansar
pueden ser una excusa para
apreciar el cerro en su plenitud. Mirar ahora hacia la cima permite
valorar el esfuerzo realizado.
Reserva de Fauna Autóctona
Una de las laderas se convirtió hace una centuaria, por decisión de Don
Francisco Piria, fundador de
Piriápolis, en una inmensa cantera que proveía de sólidas rocas de
granito para la construcción del incipiente
balneario. Las obras fueron de tal magnitud que ofrecían trabajo a más
de 500 obreros. Se desarrolla en sus
laderas una actividad zoológica que se originó en 1980 con la creación
de la Estación de Cría de Fauna
Autóctona por parte de la Intendencia Municipal de Maldonado. Se han
aprovechado convenientemente los
vestigios de la vetusta actividad, utilizándose caminos y construcciones
que fueron adaptadas para su nueva
función.
FUENTE: www.turismodeluruguay.com
En el recorrido de la reserva, usted
se encontrara con los Carpinchos, Zorro, Ñandúes, Chaja, Yacaré, Puma,
Venado de Campo, Tortugas, Aves varias, etc.
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UBICACION CERRO PAN DE AZUCAR
CARPINCHOS EN LA
RESERVA
YACARÉ
ÑANDÚES
ZORRO
VENADO
CHAJA
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