LA AVENTURA DE UN COLOSO

El
RMS Titanic (en inglés: Royal Mail Steamship Titanic, "Buque de
vapor del Correo Real Titanic") fue el segundo de un trío de
transatlánticos, la clase Olympic, que pretendía dominar el negocio
de los viajes transoceánicos a principios del siglo XX. Fueron
diseñados por Thomas Andrews y eran propiedad de la White Star Line,
siendo construidos en los astilleros de Harland and Wolff en Belfast
(Irlanda del Norte, Reino Unido). La clase Olympic destacaba por su
tamaño, lujo y avances técnicos frente a los transatlánticos de la
competencia, el RMS Mauretania y el RMS Lusitania, de la Cunard Line.
El Titanic fue el barco de pasajeros más grande y lujoso de la época
junto con el RMS Olympic.
El RMS Olympic fue botado al mar en el año 1910 y entró en
servicio en 1911, el Titanic fue botado en 1911 y entró en
servicio en 1912, y el HMHS Britannic (originalmente, RMS
Gigantic) fue botado en 1914 y entró en servicio en 1915, si bien el
estallido de la Primera Guerra Mundial hizo que nunca prestara
servicio comercial, siendo destinado a buque hospital.
La noche del 14 de abril de 1912, durante su viaje inaugural, el
Titanic chocó contra un iceberg y se hundió dos horas y 40
minutos después, en las primeras horas del día 15. El siniestro se
saldó con la muerte de 1.517 pasajeros de los más de 2.200 que
viajaban a bordo, lo que supone uno de los peores desastres
marítimos en tiempo de paz que se recuerdan, y sin duda el más
famoso. La elevada cifra de muertos se debió principalmente a que, a
pesar de cumplir con las reglas marítimas de la época, el Titanic
no llevaba botes salvavidas suficientes para todos los pasajeros.
Los botes tenían una capacidad total de 1.178 plazas, aunque el
barco podía albergar hasta 3.547 personas. Un desproporcionado
número de hombres murieron debido al protocolo de salvamento que se
siguió en el proceso de evacuación de la nave.
El Titanic se diseñó usando algunas de las
más avanzadas tecnologías disponibles en aquel tiempo, tales
como mamparos herméticos que dividían el casco en 17 secciones
independientes y que se creía que podían mantenerlo a flote en caso
de rotura de una parte del casco; iba dotado de telegrafía, un nuevo
diseño de hélice de tres palas y las instalaciones de primera clase
no tenían comparación con otros buques en cuanto a lujo se refiere.
Cumplía con todas las normas de seguridad exigidas por la
legislación británica y norteamericana.
VIAJE INAUGURAL
Los preparativos habían comenzado hacía una semana:
avituallamientos, alojamiento de la tripulación contratada,
habituación a sus labores, etc. Cuando llegó el día en el que el
Titanic debía zarpar desde el puerto de Southampton, el 10 de abril
de 1912 la gente estaba tan emocionada que algunos decían que todo
parecía un sueño.
El barco era comandado por el veterano capitán Edward John Smith,
el más experimentado y prestigioso de la White Star Line,
quien previamente al viaje expresó que éste iba a ser su último
mando antes de jubilarse, porque deseaba estar más tiempo con su
esposa y su hija. Smith había comentado para una revista de la
época: «No puedo concebir que algo pueda hundir a los barcos de hoy,
la construcción moderna va mucho más allá que esto».
Bruce Ismay, que se había alojado en un hotel cerca del fondeadero
del Titanic, se embarcó con gran pompa en el navío. Entre la
primera, segunda y tercera clase, había en total 2.224 pasajeros,
quienes disfrutaron de un hermoso palacio flotante, con lujosos
comedores, piscina interior, bibliotecas, gimnasio, alumbrado a
todas horas y baños turcos.
PRELUDIO DE LA TRAGEDIA
El Titanic tuvo un viaje placentero. Desde Southampton viajó
a Cherburgo donde embarcó más pasajeros, luego atracó en Queenstown,
Cork, Irlanda donde embarcó pasajeros en tercera clase y el correo.
Los días transcurrieron sin novedad, pero el 13 de abril empezaron a
llegar los primeros informes de avistamiento de bloques de hielo en
la ruta; al menos una docena de mensajes pudieron ser recibidos
antes de que el telégrafo Marconi fallara por un lapso de 10 horas.
Restablecida la comunicación en la cabina de radio, los
radiotelegrafistas empezaron a recibir avisos de peligro de icebergs,
los cuales fueron ignorados o no tomados muy en cuenta por la
oficialidad reemplazante.
El clima se enfrió a medida que se acercaban a los grandes bancos de
Terranova y el capitán Smith ordenó alterar un poco el rumbo
para pasar más hacia el sur de los grandes sectores de icebergs. La
velocidad era de 22 nudos y Smith consultó a Bruce Ismay si podía
bajarla, a lo cual este se negó aduciendo que deseaba hacer el mejor
tiempo en su viaje inaugural.
El último atardecer del 14 de abril sorprendió al Titanic navegando
en aguas muy tranquilas. Cuando la noche, muy helada, cayó, el buque
navegaba en una zona de aguas quietas sin oleaje, un verdadero
espejo líquido negro, lo cual era un inconveniente para avistar
icebergs. Smith consultó de nuevo a J. Bruce Ismay,
vicepresidente de la compañía, si podía reducir la velocidad, pero
no obtuvo la aprobación de este; Smith ordenó entonces redoblar la
guardia en los mástiles.
23.45 EL IMPACTO
Poco antes de la medianoche (23:40) del 14 de
abril, con una noche estrellada y un mar excepcionalmente
tranquilo, los vigías dieron alarma de iceberg al frente, a 600 m de
la proa. El primer oficial Murdoch, de guardia en ese momento tras
la retirada del Capitán Smith a su camarote, intentó evitar
la colisión, primero girando el timón (muy pequeño para la longitud
del navío) todo a estribor, seguidamente dando marcha atrás, lo cual
fue fatal pues el timón perdió presión de virada. El barco en el
último minuto logró evitar el choque frontal (con el que seguramente
no se hubiera hundido y hubiera sido capaz de seguir navegando hasta
su destino sin problemas). Finalmente el buque rozó el iceberg
abriéndose las placas de estribor con 6 brechas diferentes que en
total sumaban 5 compartimentos con agua. El Titanic quedó
sentenciado.
LA ORQUESTA DEL TITANIC

Una de las más famosas leyendas del Titanic es la relativa a
su banda de música. Durante el hundimiento, los ocho miembros de la
banda dirigidos por Wallace Hartley, se situaron en el salón
de primera clase en un intento por hacer que los pasajeros no
perdieran la calma ni la esperanza. Más tarde continuaron tocando en
la parte de popa de la cubierta de botes. La banda no dejó de tocar
incluso cuando ya era seguro que el buque se hundiría.
Ninguno de los integrantes de la banda sobrevivió al naufragio, y
desde entonces ha habido mucha especulación respecto a cuál fue la
última melodía que interpretaron. Algunos testigos dicen que la
última canción fue «Nearer, my God, to Thee» («Más cerca, oh Dios,
de ti»). Por otro lado, existen tres versiones de dicha canción y
nadie exactamente ha podido confirmar cuál de ellas se interpretó, o
si realmente fue ésa la última.
El cuerpo de Hartley fue uno de los que se recuperaron y
pudieron ser identificados. Su funeral en Inglaterra contó con la
presencia de miles de personas. A pesar de ser considerado como un
héroe en su país, la naviera White Star Line le cobró a su familia
por el coste de la pérdida de su uniforme.
MISTERIO POCO CONOCIDO
En la lista oficial de pasajeros del Titanic, habían 2 Chilenos,
de los cuales nunca se supieron sus nombres, ya que los archivos
se dañaron. Además, había 3 uruguayos, el señor Francisco
Carrau y su sobrino, y el señor Ramón Artagaveytia (residente en
Argentina) que ocupaban camarotes de la primera clase y un solo
mexicano el diputado Manuel Uruchurtu. Uruchurtu subió en el puerto
de Cherbourg el 10 de abril de 1912, y es un misterio el número de
camarote asignado, ya que nunca fue señalado en la lista de la
asignación encontrada en el bolsillo del administrador Herbert Cave;
aunque su cuerpo fue recuperado más adelante y poco se sabe sobre el
señor Uruchurtu durante el viaje.
Último sobreviviente
Millvina Dean fue la última fallecida de los pasajeros que
sobrevivieron al hundimiento del Titanic. La última que aún
podía recordar el hundimiento era Lillian Asplund, ya que
cuando ocurrió tenía 5 años, pero falleció el 6 de mayo de 2006 en
Massachusetts, Estados Unidos. Además, al igual que su madre,
siempre se negó a dar su testimonio del desastre. Barbara West,
que tenía 10 meses y 22 días al momento del hundimiento, también
falleció en octubre de 2007, por tanto, Millvina Dean (Elizabeth
Gladys Dean), con 10 semanas en el momento del desastre, fue la
persona más joven de todas las que embarcaron y la última fallecida
de los sobrevivientes: murió el domingo 31 de mayo de 2009 en
Inglaterra.
Si alguna nueva pregunta surge ya
no habrá a quién preguntarle.
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