ADELANTANDO LAS VACACIONES: CALERA DE LAS HUÉRFANAS
Un lugar que no hay que perderse de visitar
Calera de las Huérfanas (Antigua Estancia de Belén o Estancia de la Calera de Las Vacas) - Monumento Histórico Nacional.
La presencia Jesuítica en el Río de la Plata ha dejado una marca significativa en las Misiones afincadas en la parte norte del Río Uruguay (lo que hoy día es parte de Brasil, Argentina y Paraguay) durante los siglos XVII y XVIII.
Los Jesuitas se establecieron en las márgenes de los ríos Uruguay y Paraná, constituyendo 32 asentamientos con un total de 160,000 nativos Guaraníes.
Para poder ser autosuficientes los Jesuitas instituyeron una compleja red de producción (agricultura intensiva, minería y manufacturas), de la cual las estancias eran parte.
En este contexto, dos principales estancias fueron fundadas en el territorio uruguayo: “Nuestra Señora de los Desamparados” en Florida y “La Estancia de Belén del Río de las Vacas”, fundada en 1741 conocida posteriormente como “Calera de las Huérfanas”.
Sus principales construcciones fueron una iglesia, patios, dormitorios, jabonería, panadería y carpintería. Más allá había una granja con amplia variedad de vegetales y árboles frutales. La población de la Estancia, se calculaba en 250 personas, constituída por indígenas, europeos y mayormente esclavos africanos.
Ubicación:
A 16 km. De la Ciudad de Carmelo, en el km. 241 de la ruta 21, a unos 4 km. por el camino Juan de San Martín (Colonia Arrué) se encuentran las ruinas de lo que fuera la Estancia Jesuítica de Belén, más conocida como Calera de las Huérfanas.
El nombre Calera, viene de que en dicho lugar se producía cal para la construcción, mediante la utilización de dos grandes hornos. La denominación "de las huérfanas" se debe a que lo producido por el establecimiento iba destinado a mantener el Colegio de Niñas Huérfanas de Buenos Aires.
En sus orígenes era el casco de las "Estancia del Río de las Vacas" manejada por la Compañía de Jesús (jesuitas) a partir de 1741, los jesuitas tuvieron una importante influencia en la región durante los siglos XVI y XVII.
A partir de 1767 la estancia pasa a depender de Buenos Aires, quien encarga su administración a Juan de San Martín, padre del prócer Gral. José de San Martín. Durante la permanencia de Juan de San Martín en la estancia, contrae matrimonio y ahí nacen 3 hermanos del Gral. José de San Martín.
En 1777, se hicieron cargo del lugar las Religiosas de la Caridad.
A partir de 1815 según el reglamento artiguista la estancia es repartida entre más de 40 personas, en suertes de estancia. Posteriormente dicho reparto se anula y se realiza una venta, comprando el Gral. Julián Laguna el casco de la estancia. En 1938 pasa a ser patrimonio público y Monumento histórico nacional.
En 1999 se inician las tareas de investigación arqueológica con financiamiento del Ministerio de Turismo y el Ministerio de Educación y Cultura.
Hoy en día es un lugar turístico e histórico donde se han realizado trabajos de investigación arqueológica y recuperación del lugar,y donde se pueden visitar los restos de la antigua iglesia, lo cual lo convierte en un punto turístico de relevancia. Hay que visitarla.