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CUTSA
Breve Historia
ORÍGENES Y
EVOLUCIÓN HISTÓRICA
La gestación del transporte colectivo en Montevideo, al igual que en
otras capitales, se produce por la necesidad de comunicación y
evoluciona paulatinamente con el crecimiento de la ciudad, comenzando
con los servicios de diligencias. En 1866 se otorga el primer permiso
para una línea de tranvía a caballo, continuando con el "Tranway"
(transporte por riel).
Éste último fue desempeñado desde 1868, principalmente por siete
empresas. Seis de ellas propiedad de empresarios nacionales,
florecientes en sus comienzos, pero sin la necesaria renovación ni
ampliación que les permitiera enfrentar con éxito el crecimiento de la
ciudad y las innovaciones tecnológicas, que en materia de transporte
surgían en el mundo.
Por esos años, Montevideo estaba atendido por líneas que unían el centro
de la ciudad con las cercanías: Pocitos; la zona del Buceo, La Unión,
Prado, Paso Molino, entre otras.
Las empresas existentes eran débiles económicamente, por ello,
conscientes del potencial del mercado montevideano, a fines del siglo
XIX, se instalaron dos empresas de capitales extranjeros, cuya finalidad
comercial era la explotación de un servicio de tranvías eléctricos.
En poco menos de una década, las compañías de tranvías de caballitos,
pasaron a ser absorbidas por estas dos grandes empresas: “Sociedad
Comercial de Montevideo” de capitales ingleses, que adquirió “Tranvías
del Este”, “Pocitos, Buceo, Unión” y “Unión Maroñas”; y la compañía “La
Transatlántica”, integrada por capitales alemanes, que absorbió las
empresas de tranvías “Paso Molino y Cerro” y “La Oriental” la que a su
vez había adquirido con anterioridad el tranvía “Uruguayo”.
Este proceso hizo que, comenzado el siglo XX, el transporte colectivo de
pasajeros de Montevideo estuviera en manos de dos empresas eléctricas (a
excepción del “Tranvía del Norte”).
Luego de varios años de negociaciones, el Estado otorgó la concesión de
60 líneas por 70 años, a cambio de la extensión de algunos recorridos y
el aumento de las frecuencias. A fines de 1906 se procedió a la
inauguración de los servicios de tranvías eléctricos de la Ciudad.
A pocos años de su instalación, surgieron los primeros inconvenientes
entre las autoridades nacionales y las empresas tranviarias.
La ciudad crecía vertiginosamente y surgían nuevos barrios, por lo cuál
era necesario aumentar los servicios, pero las empresas no tenían la
misma visión ya que la ecuación económica hasta el momento era muy buena
y no había razón para realizar más inversiones.
Este fue el ambiente que gestó el origen de los ómnibus.
El Ministerio de Obras Públicas, estaba disconforme con la falta de
respuesta de las empresas y era consciente de que el monopolio
extranjero en el transporte montevideano, no era lo mejor para la
ciudad. Por lo que en 1912, resuelve la importación de vehículos a motor
para realizar servicios competitivos.
Se importaron cuatro ómnibus Stoever y Dion Bouton, dos de ellos comunes
y dos imperiales. Éstos cumplían servicio en dos líneas, una cubría el
trayecto Centro, Ocho de Octubre y Larrañaga y la otra el del Centro a
Pocitos.
Debido fundamentalmente al pésimo empedrado de las calles y las llantas
macizas de los vehículos, a los tres meses de iniciados los viajes, el
servicio debió ser suspendido.
Entre los años 1914 y 1918, durante la presidencia de José Batlle y
Ordoñez, el M.O.P. realizó un nuevo intento de instalar líneas de
autobuses, pero también esta experiencia fracasó. En esta oportunidad,
por falta de repuestos y de personal idóneo en su cuidado y reparación,
las unidades quedaron en desuso.
Por el año 1925 el Sr. Isaac Bentancor implanta una línea entre La
Tablada y el Paso Molino, con un pequeño ómnibus Ford "T", que se
identificaba con la letra N. Al poco tiempo Pedro Trinidad instaura un
servicio que cubría el tramo entre Comercio y 8 de Octubre hasta Puntas
de Mc. Adam también servido con un Ford "T", que se identificaba con la
letra U. Ambos recorridos pueden considerarse suburbanos, pues la ciudad
de antaño no contenía aquellos barrios.
La “concesión y exclusividad por 70 años” y las “deficientes
experiencias anteriores de los ómnibus”, unidas a la soberbia de las
empresas, impidieron que las empresas tranviarias previeran lo que pocos
años después sucedería.
En el mes de abril de 1926, como respuesta a la cerrada negativa de
estas empresas a mejorar y prolongar sus servicios, negándose además a
implantar otro tipo de transporte en una ciudad que había iniciado la
construcción de pavimento liso en sus principales avenidas, el Municipio
autoriza a la “Compañía Uruguaya de Ómnibus” de Don Pedro Reyno a dar
inicio a la primera línea urbana privada de transporte colectivo de
personas por autobús de Montevideo.
El coche denominado “El Baúl”, nombre popular con que se reconocía al
vehículo de Reyno, un pequeño ómnibus italiano marca Lancia, con
carrocería de Casas y Vals (actual coche N° 476 de la empresa Cutcsa),
realizó su primer recorrido: Plaza Independencia – 8 de Octubre hasta
Larrañaga.
A partir de allí, comenzaron a proliferar distintas líneas que se
extendieron a todos los barrios montevideanos.
Los servicios tranviarios eran deficientes, desde hacía algunos años no
renovaban sus vehículos, y las demoras entre un servicio y otro era
significativa, por lo que muchas veces los montevideanos se veían
obligados a caminar 20 o 30 cuadras antes de cruzarse con alguno. Por
ello, la población se volcó a viajar en los ómnibus para incentivar este
nuevo servicio y poner punto final, a lo que se consideraba una
verdadera dictadura extranjera en los servicios de transporte de la
ciudad.
Fueron traídas nuevas unidades al país por casas importadoras, que dado
al estímulo que desde el Municipio se recibía, fueron rápidamente
vendidas a modestos obreros del transporte, que con su esforzado trabajo
enfrentaron el pago a largo plazo. Estos coches sucedieron a los
primitivos chasis, a los que se les había montado en muchos casos
carrocerías de los viejos tranvías de caballitos.
Ante esta renovación, las compañías tranviarias reclamaron la
exclusividad en los servicios de transporte colectivo de personas dentro
de la ciudad (la que consideraban “suya”). Pero esta pretensión no
prosperó ante las autoridades municipales, ya que entendieron que la
concesión otorgada años atrás no tenía ese alcance.
Estas empresas también pretendieron instalar servicios de autobuses en
concurrencia con los ya instalados. Esta iniciativa no prosperó ya que
se consideró, que el único propósito perseguido era el de eliminar la
iniciativa de los particulares que con gran esfuerzo estaban abriéndose
camino.
A los pocos meses de iniciado 1926, los servicios de ómnibus crecieron,
con el apoyo y estímulo del Municipio.
La instalación de los recorridos de los coches, no estaba basada en un
estudio serio y profundo de las necesidades y posibilidades, por lo
cual, en sus inicios los servicios fueron bastante caóticos; ya que los
coches estaban pintados de diferentes colores, realizaban recorridos
superpuestos al de los tranvías y muchas veces llevaban el mismo número
de línea que aquellos.
Los nuevos permisarios colocaron en sus unidades, nombres que los
identificaban: “El Deseado”, “Libertad”, “Albatros”; o que recordaban
los orígenes de sus propietarios – “Galicia”, “Río Guadalquivir”,
“Hispano-Uruguaya”, “Anglo Uruguaya”-; a veces las denominaciones eran
publicitarias, se canjeaban servicios como la impresión de boletos o
repuestos a cambio de estos “avisos”.
La competencia por el mercado era muy despareja, las dos grandes
empresas extranjeras hacían sentir su poder.
Todos los días en las calles montevideanas, se daba una lucha feroz,
sólo a base de guapeza los pequeños autobuses lograban mantenerse, ya
que los tranvías aumentaron la frecuencia de sus servicios.
HECHOS DESTACADOS en la
Historia de CUTCSA.
1853 - fue instalado el primer servicio regular de diligencias por
Menéndez y Leiva.
1868 - Surge el Tranway (transporte por riel).
1906 - Hacia fines de este año, se procedió a la inauguración de los
servicios de tranvías eléctricos de la Ciudad.
1912 - El Ministerio de Obras Públicas resuelve la importación de
vehículos a motor.
A los tres meses de iniciados los viajes, este servicio debió ser
suspendido.
Entre 1914 y 1918 el M.O.P. realizó nuevos intentos fallidos de instalar
líneas de autobuses.
1925 - El Sr. Isaac Bentancor implanta una línea entre La Tablada y el
Paso Molino.
Poco tiempo después, Pedro Trinidad instaura otra que une Comercio y 8
de Octubre con Puntas de Mc. Adam.
Ambos servicios se cumplían con un Ford "T".
1926 - El Municipio autoriza a la “Compañía Uruguaya de Ómnibus” de Don
Pedro Reyno a dar inicio a la primera línea urbana privada de transporte
colectivo de personas por autobús de Montevideo.
“El Baúl” – nombre con que se reconocía al vehículo de Reyno.
En ocasiones los nombres que identificaban a estos vehículos recordaban
los orígenes de sus propietarios – “Galicia”, “Río Guadalquivir”,
“Hispano-Uruguaya”, “Anglo Uruguaya”-; o eran nombres publicitarios,
muchas veces en canje por servicios como la impresión de boletos o
repuestos.
1926 - el 27 de setiembre se crea el “Centro de Propietarios de
Ómnibus”.
1928 - asume la Presidencia y dirección del Centro de Propietarios, Don
José Añon figura fundamental en este proceso de integración y defensa de
los derechos de los propietarios de autobuses.
1928 - comienzan a formarse “cooperativas de consumo por línea”. La
primera de ellas fue la línea "D".
1934 - ya se contaba con las líneas A, B, Ba, Bb, D, E, F, Fa, G, H, I,
K, L, M y Z.
En 1936, una Asamblea del Centro de Propietarios aprobó el proyecto de
estatutos de CO.N.A.U.S.A. (Cooperativa Nacional de Autobuses Sociedad
Anónima).
1937 - El 13 de mayo, se aprueban los estatutos sociales creados para
dar cumplimiento al decreto N° 1178, sustituyendo el nombre de
CO.N.A.U.S.A. por el de CUTCSA.
1937 - 16 de agosto, con una flota que alcanzaba los 526 coches, Cutcsa
comienza su actividad .
1946 - el 13 de noviembre, Cutcsa deja de ser Cooperativa y pasa a ser
Compañía.
1947 se crea la Administración Municipal de Transportes Colectivos de
Montevideo (A.M.D.E.T.).
En 1951, pone en circulación los primeros trolleybuses, que sustituirían
a los viejos tranvías.
1975 - el Estado resuelve la liquidación de AMDET.
En esa misma década, como resultado de un largo proceso de investigación
y experimentación, Cutcsa desarrolla su propia fábrica de carrocerías
Hacia fines de los '70 se formaliza el sector Interdepartamental.
2005 - Cutcsa pone en circulación las dos primeras unidades
acondicionadas con elevadores electro-hidráulicos, brindando fácil
acceso a personas que se desplazan en sillas de ruedas o tienen
dificultades motrices.
2006, Cutcsa cuenta con 1045 ómnibus, que atienden aproximadamente 100
recorridos de la Empresa, uniendo los barrios de Montevideo y su área
metropolitana.
2008, se incorporan máquinas expendedoras automáticas de boletos y
equipos GPS (posicionamiento global satelital).
Este año se renueva también la flota de los buses interdepartamentales y
urbanos.
Se crean las líneas DM1 y CA1, que unen Punta Carretas con Zona América
y Terminal Tres Cruces con Ciudad Vieja, respectivamente.
CENTRO DE PROPIETARIOS DE ÓMNIBUS
El 27 de setiembre de 1926 se procedió a la creación del “Centro de
Propietarios de Ómnibus”, organización gremial destinada a defender los
derechos e intereses de los permisarios y destinada a cumplir un papel
fundamental en la historia del transporte uruguayo, con el fin de
concretar un frente común para negociar con las autoridades.
Sus principales objetivos eran:
. Establecer un servicio competente de ómnibus para el transporte de
personas en la ciudad de Montevideo.
. Propiciar este medio de transporte por ser seguro, rápido, cómodo y
confortable.
. Establecimiento de un servicio regular a efectos de que los pasajeros
tengan la seguridad de transporte.
. Distribución de coches según la demanda en las distintas líneas.
En los primeros meses de 1927, se reglamenta el servicio de trasbordo en
caso de accidente y/o roturas.
En este período, la presidencia del Centro es ejercida por distintos
transportistas que se suceden en cada una de las reuniones. A mediados
de 1928 asume la Presidencia y dirección del Centro, Don José Añon,
figura fundamental en este proceso de integración y defensa de los
derechos de los propietarios de autobuses.
La flota de autobuses creció constantemente, lo que hizo que en poco más
de dos años existiesen 483 unidades en circulación.
El Municipio decide otorgar una letra para cada línea de autobús y así
diferenciarlos de los números de los tranvías (ya que estas empresas
reclamaron al respecto), suspendiendo además el otorgamiento de nuevas
líneas y permisos hasta que se regularizaran los existentes y se
constatara que era necesario aumentarlas.
Ese mismo año comienzan a formarse “cooperativas de consumo por línea”
con el fin de unificar las compras y reducir el costo de las mismas. La
primera de ellas se integra en agosto de 1928, la Cooperativa de Ómnibus
de la línea "D".
Por otra parte, debido a la importante merma de usuarios sufrida en sus
líneas, “La Transatlántica” resuelve retirarse del país y vende todos
sus activos a la “Sociedad Comercial”.
Esta operación no es autorizada por el Municipio, obligando a que
continúen operando como dos empresas diferentes, administradas por esta
última.
A la coordinación interna de los servicios, las líneas y la formación de
cooperativas se debe agregar el permanente contacto con las autoridades
municipales con el fin de pautar reglas y formas de trabajo.
Llegado el año 1931 la mayoría de las Cooperativas de Consumo se habían
transformado en “Cooperativas de Recaudación por línea”, con lo cual se
evitaba la competencia entre los coches, en cada una de las líneas.
Permitiendo, a su vez, que se enfrentara corporativamente la crisis
económica que ese año se abatió sobre la industria y el comercio del
País.
De todos los inconvenientes pendientes con las compañías de tranvías, el
“problema” a solucionar era el del monopolio del transporte de personas
en la ciudad, ya que las empresas de tranvías querían absorber los
servicios de autobuses que se encontraban bastante consolidados.
En el 33, una fuerte compañía "Atlas Electric and General Trust", otorgó
un préstamo de un millón de dólares al estado, estableciendo entre otras
condiciones, que, en un plazo no mayor a 90 días debían resolverse los
problemas con las compañías de tranvías. Parte de esta solución,
implicaba eliminar o sustituir los permisos, indicando en definitiva,
que las grandes compañías pretendían comprar los autobuses de los
propietarios individuales, como ya lo habían hecho anteriormente con los
tranvías de caballos.
En una reunión con el Presidente Terra, se le solicita que prohíba la
venta de los autobuses a las compañías tranviarias a fin de no hipotecar
nuevamente la independencia que se había adquirido en el servicio de
transporte que los montevideanos no querían perder. El Estado respondió
que no obligaría a los propietarios de ómnibus a vender sus coches, pero
tampoco lo prohibiría.
Propiciar este medio de transporte por ser seguro, rápido, cómodo y
confortable.
El Centro de Propietarios citó a Asamblea para el 18 de mayo con el fin
de adoptar una resolución general ante estos hechos que venían
sucediéndose.
“En esta histórica Asamblea presidida por Don José Añón los autobuseros
juraron por su honor no vender los coches a las compañías de tranvías a
ningún precio”[1], ofreciendo su colaboración al Estado para formar e
integrar el capital necesario para adquirir el servicio tranviario a la
empresa que los explotaba, nacionalizando totalmente el transporte de
Montevideo.
De acuerdo a documentos de la época, se puede hipotetizar que el Estado
estaba interesado en recibir el favor ofrecido por la empresa
extranjera. Comenzó entonces un enfrentamiento entre el Estado y los
autobuseros, en el que los dirigentes gremiales fueron tildados de
opositores políticos y únicos causantes de las represalias
gubernamentales. Esta controversia se prolongó por un par de años, en
los que el Estado intentó (mediante una despiadada campaña de multas,
sanciones y destratos) minar la resistencia de los trabajadores.
En 1934, ya se contaba con las líneas A, B, Ba, Bb, D, E, F, Fa, G, H,
I, K, L, M y Z.
En el mes de agosto de 1936 se promulga el decreto N° 1178, que tenía
como finalidad que los propietarios de autobuses no pudieran cumplir con
las disposiciones allí establecidas en el plazo asignado, para poder
caducar así todos los permisos revocables sobre la base de la
incapacidad de organización que se pondría de manifiesto.
Este decreto exigía, que en el plazo de un año los propietarios de
ómnibus se reunieran en una sociedad con personería jurídica, en la que
debían reflejarse los intereses individuales, conformando un ente de
carácter anónimo y cooperativo, que garantizara a la población la
realización de un servicio organizado y responsable.
En noviembre de 1936, una Asamblea del Centro de Propietarios aprobó el
proyecto de estatutos de CO.N.A.U.S.A. (Cooperativa Nacional de
Autobuses Sociedad Anónima).
FUNDACIÓN DE CUTCSA
El 13 de mayo de 1937, en su local de la calle Juncal 1276 bis, se
realizó una asamblea del Centro de Propietarios, en ella se aprobaron
los estatutos sociales que redactara Dr. Francisco Panizza, asesor
letrado del Centro, que junto a José Añón constituyeron los pilares
principales en la formación de la nueva sociedad anónima. Dichos
estatutos cumplieron con lo dispuesto por las autoridades, quienes
exigieron que la organización debía nuclear al 75 % de los autobuses;
sustituyendo el nombre de CO.N.A.U.S.A. por el de CUTCSA.
(Cooperativa Uruguaya de Transportes Colectivos Sociedad Anónima).
El 30 de junio de 1937 las autoridades nacionales aprobaron dichos
Estatutos.
En la Asamblea del 12 de agosto de 1937 se eligieron los integrantes del
primer Directorio de la Empresa, que fueron los Sres. José AÑON
(Presidente), Alfredo LOIS (Vicepresidente), Rogelio SANDE (Secretario),
José VARELA (Tesorero), Eladio SUAREZ (Vocal), Pedro SAVIOTTI (Vocal),
Venancio POMBO (Vocal) y se resolvió iniciar las actividades el 16 de
agosto de 1937, con una flota que alcanzaba los 526 coches.
El 22 de diciembre de 1937, el Sr. Intendente Municipal de Montevideo
promulgó el decreto N° 1750, otorgando a la Cooperativa Uruguaya de
Transportes Colectivos Sociedad Anónima, la concesión para la
explotación de los servicios de transporte colectivo en la ciudad de
Montevideo, en vehículos de tracción automotriz con cualquier
combustible, salvo la energía eléctrica.
Los más de 500 autobuses salieron orgullosos a la calle a cumplir sus
servicios en nombre de la nueva Cooperativa.
Paulatinamente se fueron sustituyendo los originales colores de cada una
de las unidades por los tradicionales blanco tiza con franja roja,
cambiándose además el nombre de cada coche por un número correlativo
para todas las unidades.
El 14 de marzo de 1938, las autoridades municipales y la cooperativa
firman un contrato de concesión por el término de 16 años, para efectuar
el servicio público de transporte colectivo de pasajeros.
Con la finalidad de adaptarse a la normativa legal en materia de
sociedades, el 13 de noviembre de 1946, se transforma el nombre de
Cooperativa por el de Compañía, desde entonces, la razón social será
Compañía Uruguaya de Transportes Colectivos Socieda Anónima.
En 1947 se crea la Administración Municipal de Transportes Colectivos de
Montevideo (A.M.D.E.T.), cuya finalidad era administrar la red de
tranvías, la que había pasado a manos del estado como forma de pago por
las deudas de la Sociedad Comercial de Montevideo. A causa de la Segunda
Guerra Mundial el déficit de la empresa tranviaria se incrementó, ante
lo que el ente municipal decidió importar ómnibus para sustituir alguna
de las líneas de tranvías, violando así la concesión a Cutcsa. Esta
medida no resultó y el déficit se incrementó.
A los ómnibus marca Ford, Renault, Reo, International, Aclo, Mark,
Studebaker, que poblaron las calles del Montevideo de la década del ´40,
se fueron sumando los Leyland Tiger, Bussing Nag, y las carrocerías
nacionales Águila, Simoni e Independencia.
Ya en las décadas de los '50 y 60', la flota de Cutcsa continuó
ampliándose con Mercedes Benz, Leyland Titan, Leyland Olympic, Leyland
Worldmaster, Alfa Romeo, Bussing, Super Aclo y G. M. C.
En 1949, AMDET adquiere las empresas AMSA - Autobuses Montevideo S.A y
TUSA - Transportes Urbanos S.A., las cuales no pasaban tampoco un buen
momento. En 1951, pone en circulación los primeros trolleybuses, que
sustituirían a los viejos tranvías. En este mismo año, se efectuó una
consulta popular, conocida como el "Plebiscito del Vintén", a través de
la cual los Montevideanos se manifestaron por el “NO”, ante el decreto
municipal nro. 7451 que pretendía aumentar el precio del boleto un
vintén. Posteriormente en 1955, se aprueba el decreto 9483, denominado
"Coordinación del transporte colectivo de Montevideo", que pretendía
nuevamente aumentar el precio del boleto para subvencionar el déficit de
AMDET.
Sin embargo, los reclamos de Cutcsa contaron con el apoyo del pueblo
montevideano, el cual presentó miles de firmas derogando finalmente el
"Plebiscito del vintén".
En 1963 la IMM otorga nuevos permisos para explotar el servicio de
transporte de pasajeros en Montevideo. Surgiendo tres nuevas
cooperativas.
En la década de los 70, luego de haber superado grandes conflictos, que
motivaron incluso su intervención de acuerdo a un decreto del Sr.
Intendente Gral. Carlos Herrera - intervención que cesó una vez
demostrada la cristalinidad de toda la operativa de la Compañía - la
empresa se encuentra en plena renovación de su flota. Se afianzan los
vehículos Leyland, Mercedes Benz y Scania.
En esa misma década, como resultado de un largo proceso de investigación
y experimentación, Cutcsa desarrolla su propia fábrica de carrocerías.
Se crean modelos urbanos, adecuados a las necesidades específicas de
esta ciudad, tales como el “Montevideano” o el “Banda Oriental” y
también de carácter interdepartamental, como el “Cimarrón”, generando
así ocupación de mano de obra calificada.
Por otro lado en 1975, el Estado resuelve finalmente la liquidación de
AMDET, distribuyendo sus líneas y vehículos entre sus funcionarios,
quienes se agrupan en nuevas cooperativas.
Hacia fines de los '70 se formaliza el sector interdepartamental,
conformado por las líneas que atendían las zonas de los departamentos de
Canelones y San José, próximas a Montevideo y sumándose las líneas C1,
C2, C3 y C4 de Cutcsa, hasta Salinas y Parque del Plata.
En 1980 la intendencia autoriza a Cutcsa llevar a cabo servicios
directos entre Ciudad Vieja y Carrasco –línea D1- con mucho éxito.
A fines de la década de los 80’ se incorporan buses Leyland, Volvo,
Scania y Mercedes Benz, reiniciando el proceso de renovación de
unidades.
En 1992 se centralizan las líneas suburbanas en la Terminal Baltazar
Brum.
La abrupta caída de la venta de boletos fruto de la crisis de la región
y del país, modificó la participación de Cutcsa en el mercado, ya que
continúa siendo la compañía líder de transporte colectivo de pasajeros.
ACTUALIDAD de CUTCSA
Desde sus inicios, CUTCSA trabaja para satisfacer las necesidades de
transporte de Montevideo, ampliando sus servicios, renovando su flota,
buscando acompañar el crecimiento de la ciudad, llegando actualmente a
los departamentos de Canelones y San José.
1052 ómnibus atienden aproximadamente 100 recorridos de la Empresa,
uniendo los barrios de Montevideo y su área metropolitana.
Cutcsa posee la infraestructura adecuada para el mantenimiento de sus
unidades: talleres, servicios y flota de apoyo, contando además con
predios propios para el estacionamiento de las unidades.
Además de los talleres de mantenimiento, existen lavaderos automáticos,
expendio de combustibles, oficinas recaudadoras y amplios parques de
estacionamiento, ubicados en distintas zonas de la ciudad, que dan
agilidad al sistema y permiten la descentralización necesaria.
Están establecidos distintos fondos de asistencia financiera para la
renovación y reparación de la flota, así como una compañía aseguradora
de cobertura total, lo que fortalece el funcionamiento integral de la
organización.
Actualmente la flota se renueva cada quince años, siendo las últimas
incorporaciones en 2008 y 2009.
En el 2008, se incorporaron 250 ómnibus Mercedes Benz Marcopolo ,
destinada a los ómnibus urbanos y suburbanos.
En el siguiente año, se continuó con este proceso, sumándose 200 coches
de la misma marca, que cumplen con la normativa Euro III (motor
electrónico), reduciendo sustancialmente la emisión de gases
contaminantes.
Estando a la vanguardia en brindar a la población soluciones de
transporte para todos, fue pionera en la incorporación de servicios
regulares con unidades adaptadas para facilitar el ascenso y descenso de
personas con discapacidades físicas por medio de una plataforma electro-
hidráulica, brindándoles a todos y especialmente a quienes viajan en
silla de ruedas un viaje confortable y seguro. Éstas unidades cuentan
además con la certificación de normas UNIT.
En el año 2008 se inauguraron dos líneas que tienen como finalidad
satisfacer la demanda de los clientes, facilitando su movilidad: DM1 y
CA1.
El recorrido CA1, por su parte, comunica Ciudad Vieja con Terminal Tres
Cruces. Las unidades de esta línea, permiten Accesibilidad Universal,
cuentan con rampa y son de piso bajo, por lo que poseen certificado UNIT.
Actualmente, se procura la total incorporación de tecnología, con
máquinas expendedoras automáticas de boletos y equipos GPS
(posicionamiento global satelital). El nuevo sistema permitirá
paulatinamente disminuir el manejo de dinero efectivo en las unidades,
desalentando los robos en el transporte, así como posibilitando realizar
un mejor control del cumplimiento de frecuencias.
El compromiso con nuestros clientes y con la comunidad en la cual
desarrollamos nuestra tarea, nos impulsa a trabajar en la continua
mejora del servicio, implementando el nuevo sistema de transporte
colectivo y promocionando el desarrollo integral de nuestra sociedad, a
través de proyectos vinculados a mejorar la calidad de vida de los
uruguayos, apoyando a la niñez, a la enseñanza, a la cultura, a la
salud, al deporte, y a diversas organizaciones sociales.
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