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CUTCSA: Omnibus de  Montevideo - Uruguay -

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CUTSA Breve Historia

ORÍGENES Y EVOLUCIÓN HISTÓRICA

La gestación del transporte colectivo en Montevideo, al igual que en otras capitales, se produce por la necesidad de comunicación y evoluciona paulatinamente con el crecimiento de la ciudad, comenzando con los servicios de diligencias. En 1866 se otorga el primer permiso para una línea de tranvía a caballo, continuando con el "Tranway" (transporte por riel).

Éste último fue desempeñado desde 1868, principalmente por siete empresas. Seis de ellas propiedad de empresarios nacionales, florecientes en sus comienzos, pero sin la necesaria renovación ni ampliación que les permitiera enfrentar con éxito el crecimiento de la ciudad y las innovaciones tecnológicas, que en materia de transporte surgían en el mundo.

Por esos años, Montevideo estaba atendido por líneas que unían el centro de la ciudad con las cercanías: Pocitos; la zona del Buceo, La Unión, Prado, Paso Molino, entre otras.

Las empresas existentes eran débiles económicamente, por ello, conscientes del potencial del mercado montevideano, a fines del siglo XIX, se instalaron dos empresas de capitales extranjeros, cuya finalidad comercial era la explotación de un servicio de tranvías eléctricos.

En poco menos de una década, las compañías de tranvías de caballitos, pasaron a ser absorbidas por estas dos grandes empresas: “Sociedad Comercial de Montevideo” de capitales ingleses, que adquirió “Tranvías del Este”, “Pocitos, Buceo, Unión” y “Unión Maroñas”; y la compañía “La Transatlántica”, integrada por capitales alemanes, que absorbió las empresas de tranvías “Paso Molino y Cerro” y “La Oriental” la que a su vez había adquirido con anterioridad el tranvía “Uruguayo”.

Este proceso hizo que, comenzado el siglo XX, el transporte colectivo de pasajeros de Montevideo estuviera en manos de dos empresas eléctricas (a excepción del “Tranvía del Norte”).

Luego de varios años de negociaciones, el Estado otorgó la concesión de 60 líneas por 70 años, a cambio de la extensión de algunos recorridos y el aumento de las frecuencias. A fines de 1906 se procedió a la inauguración de los servicios de tranvías eléctricos de la Ciudad.

A pocos años de su instalación, surgieron los primeros inconvenientes entre las autoridades nacionales y las empresas tranviarias.

La ciudad crecía vertiginosamente y surgían nuevos barrios, por lo cuál era necesario aumentar los servicios, pero las empresas no tenían la misma visión ya que la ecuación económica hasta el momento era muy buena y no había razón para realizar más inversiones.

Este fue el ambiente que gestó el origen de los ómnibus.

El Ministerio de Obras Públicas, estaba disconforme con la falta de respuesta de las empresas y era consciente de que el monopolio extranjero en el transporte montevideano, no era lo mejor para la ciudad. Por lo que en 1912, resuelve la importación de vehículos a motor para realizar servicios competitivos.

Se importaron cuatro ómnibus Stoever y Dion Bouton, dos de ellos comunes y dos imperiales. Éstos cumplían servicio en dos líneas, una cubría el trayecto Centro, Ocho de Octubre y Larrañaga y la otra el del Centro a Pocitos.

Debido fundamentalmente al pésimo empedrado de las calles y las llantas macizas de los vehículos, a los tres meses de iniciados los viajes, el servicio debió ser suspendido.

Entre los años 1914 y 1918, durante la presidencia de José Batlle y Ordoñez, el M.O.P. realizó un nuevo intento de instalar líneas de autobuses, pero también esta experiencia fracasó. En esta oportunidad, por falta de repuestos y de personal idóneo en su cuidado y reparación, las unidades quedaron en desuso.

Por el año 1925 el Sr. Isaac Bentancor implanta una línea entre La Tablada y el Paso Molino, con un pequeño ómnibus Ford "T", que se identificaba con la letra N. Al poco tiempo Pedro Trinidad instaura un servicio que cubría el tramo entre Comercio y 8 de Octubre hasta Puntas de Mc. Adam también servido con un Ford "T", que se identificaba con la letra U. Ambos recorridos pueden considerarse suburbanos, pues la ciudad de antaño no contenía aquellos barrios.

La “concesión y exclusividad por 70 años” y las “deficientes experiencias anteriores de los ómnibus”, unidas a la soberbia de las empresas, impidieron que las empresas tranviarias previeran lo que pocos años después sucedería.

En el mes de abril de 1926, como respuesta a la cerrada negativa de estas empresas a mejorar y prolongar sus servicios, negándose además a implantar otro tipo de transporte en una ciudad que había iniciado la construcción de pavimento liso en sus principales avenidas, el Municipio autoriza a la “Compañía Uruguaya de Ómnibus” de Don Pedro Reyno a dar inicio a la primera línea urbana privada de transporte colectivo de personas por autobús de Montevideo.

El coche denominado “El Baúl”, nombre popular con que se reconocía al vehículo de Reyno, un pequeño ómnibus italiano marca Lancia, con carrocería de Casas y Vals (actual coche N° 476 de la empresa Cutcsa), realizó su primer recorrido: Plaza Independencia – 8 de Octubre hasta Larrañaga.

A partir de allí, comenzaron a proliferar distintas líneas que se extendieron a todos los barrios montevideanos.

Los servicios tranviarios eran deficientes, desde hacía algunos años no renovaban sus vehículos, y las demoras entre un servicio y otro era significativa, por lo que muchas veces los montevideanos se veían obligados a caminar 20 o 30 cuadras antes de cruzarse con alguno. Por ello, la población se volcó a viajar en los ómnibus para incentivar este nuevo servicio y poner punto final, a lo que se consideraba una verdadera dictadura extranjera en los servicios de transporte de la ciudad.

Fueron traídas nuevas unidades al país por casas importadoras, que dado al estímulo que desde el Municipio se recibía, fueron rápidamente vendidas a modestos obreros del transporte, que con su esforzado trabajo enfrentaron el pago a largo plazo. Estos coches sucedieron a los primitivos chasis, a los que se les había montado en muchos casos carrocerías de los viejos tranvías de caballitos.

Ante esta renovación, las compañías tranviarias reclamaron la exclusividad en los servicios de transporte colectivo de personas dentro de la ciudad (la que consideraban “suya”). Pero esta pretensión no prosperó ante las autoridades municipales, ya que entendieron que la concesión otorgada años atrás no tenía ese alcance.

Estas empresas también pretendieron instalar servicios de autobuses en concurrencia con los ya instalados. Esta iniciativa no prosperó ya que se consideró, que el único propósito perseguido era el de eliminar la iniciativa de los particulares que con gran esfuerzo estaban abriéndose camino.

A los pocos meses de iniciado 1926, los servicios de ómnibus crecieron, con el apoyo y estímulo del Municipio.

La instalación de los recorridos de los coches, no estaba basada en un estudio serio y profundo de las necesidades y posibilidades, por lo cual, en sus inicios los servicios fueron bastante caóticos; ya que los coches estaban pintados de diferentes colores, realizaban recorridos superpuestos al de los tranvías y muchas veces llevaban el mismo número de línea que aquellos.

Los nuevos permisarios colocaron en sus unidades, nombres que los identificaban: “El Deseado”, “Libertad”, “Albatros”; o que recordaban los orígenes de sus propietarios – “Galicia”, “Río Guadalquivir”, “Hispano-Uruguaya”, “Anglo Uruguaya”-; a veces las denominaciones eran publicitarias, se canjeaban servicios como la impresión de boletos o repuestos a cambio de estos “avisos”.

La competencia por el mercado era muy despareja, las dos grandes empresas extranjeras hacían sentir su poder.

Todos los días en las calles montevideanas, se daba una lucha feroz, sólo a base de guapeza los pequeños autobuses lograban mantenerse, ya que los tranvías aumentaron la frecuencia de sus servicios.


HECHOS DESTACADOS en la Historia de CUTCSA.

1853 - fue instalado el primer servicio regular de diligencias por Menéndez y Leiva.

1868 - Surge el Tranway (transporte por riel).

1906 - Hacia fines de este año, se procedió a la inauguración de los servicios de tranvías eléctricos de la Ciudad.

1912 - El Ministerio de Obras Públicas resuelve la importación de vehículos a motor.

A los tres meses de iniciados los viajes, este servicio debió ser suspendido.

Entre 1914 y 1918 el M.O.P. realizó nuevos intentos fallidos de instalar líneas de autobuses.

1925 - El Sr. Isaac Bentancor implanta una línea entre La Tablada y el Paso Molino.

Poco tiempo después, Pedro Trinidad instaura otra que une Comercio y 8 de Octubre con Puntas de Mc. Adam.

Ambos servicios se cumplían con un Ford "T".

1926 - El Municipio autoriza a la “Compañía Uruguaya de Ómnibus” de Don Pedro Reyno a dar inicio a la primera línea urbana privada de transporte colectivo de personas por autobús de Montevideo.

“El Baúl” – nombre con que se reconocía al vehículo de Reyno.

En ocasiones los nombres que identificaban a estos vehículos recordaban los orígenes de sus propietarios – “Galicia”, “Río Guadalquivir”, “Hispano-Uruguaya”, “Anglo Uruguaya”-; o eran nombres publicitarios, muchas veces en canje por servicios como la impresión de boletos o repuestos.

1926 - el 27 de setiembre se crea el “Centro de Propietarios de Ómnibus”.

1928 - asume la Presidencia y dirección del Centro de Propietarios, Don José Añon figura fundamental en este proceso de integración y defensa de los derechos de los propietarios de autobuses.

1928 - comienzan a formarse “cooperativas de consumo por línea”. La primera de ellas fue la línea "D".

1934 - ya se contaba con las líneas A, B, Ba, Bb, D, E, F, Fa, G, H, I, K, L, M y Z.

En 1936, una Asamblea del Centro de Propietarios aprobó el proyecto de estatutos de CO.N.A.U.S.A. (Cooperativa Nacional de Autobuses Sociedad Anónima).

1937 - El 13 de mayo, se aprueban los estatutos sociales creados para dar cumplimiento al decreto N° 1178, sustituyendo el nombre de CO.N.A.U.S.A. por el de CUTCSA.

1937 - 16 de agosto, con una flota que alcanzaba los 526 coches, Cutcsa comienza su actividad .

1946 - el 13 de noviembre, Cutcsa deja de ser Cooperativa y pasa a ser Compañía.

1947 se crea la Administración Municipal de Transportes Colectivos de Montevideo (A.M.D.E.T.).

En 1951, pone en circulación los primeros trolleybuses, que sustituirían a los viejos tranvías.

1975 - el Estado resuelve la liquidación de AMDET.

En esa misma década, como resultado de un largo proceso de investigación y experimentación, Cutcsa desarrolla su propia fábrica de carrocerías

Hacia fines de los '70 se formaliza el sector Interdepartamental.

2005 - Cutcsa pone en circulación las dos primeras unidades acondicionadas con elevadores electro-hidráulicos, brindando fácil acceso a personas que se desplazan en sillas de ruedas o tienen dificultades motrices.

2006, Cutcsa cuenta con 1045 ómnibus, que atienden aproximadamente 100 recorridos de la Empresa, uniendo los barrios de Montevideo y su área metropolitana.

2008, se incorporan máquinas expendedoras automáticas de boletos y equipos GPS (posicionamiento global satelital).

Este año se renueva también la flota de los buses interdepartamentales y urbanos.

Se crean las líneas DM1 y CA1, que unen Punta Carretas con Zona América y Terminal Tres Cruces con Ciudad Vieja, respectivamente.

CENTRO DE PROPIETARIOS DE ÓMNIBUS

El 27 de setiembre de 1926 se procedió a la creación del “Centro de Propietarios de Ómnibus”, organización gremial destinada a defender los derechos e intereses de los permisarios y destinada a cumplir un papel fundamental en la historia del transporte uruguayo, con el fin de concretar un frente común para negociar con las autoridades.

Sus principales objetivos eran:

. Establecer un servicio competente de ómnibus para el transporte de personas en la ciudad de Montevideo.

. Propiciar este medio de transporte por ser seguro, rápido, cómodo y confortable.

. Establecimiento de un servicio regular a efectos de que los pasajeros tengan la seguridad de transporte.

. Distribución de coches según la demanda en las distintas líneas.

En los primeros meses de 1927, se reglamenta el servicio de trasbordo en caso de accidente y/o roturas.

En este período, la presidencia del Centro es ejercida por distintos transportistas que se suceden en cada una de las reuniones. A mediados de 1928 asume la Presidencia y dirección del Centro, Don José Añon, figura fundamental en este proceso de integración y defensa de los derechos de los propietarios de autobuses.

La flota de autobuses creció constantemente, lo que hizo que en poco más de dos años existiesen 483 unidades en circulación.

El Municipio decide otorgar una letra para cada línea de autobús y así diferenciarlos de los números de los tranvías (ya que estas empresas reclamaron al respecto), suspendiendo además el otorgamiento de nuevas líneas y permisos hasta que se regularizaran los existentes y se constatara que era necesario aumentarlas.

Ese mismo año comienzan a formarse “cooperativas de consumo por línea” con el fin de unificar las compras y reducir el costo de las mismas. La primera de ellas se integra en agosto de 1928, la Cooperativa de Ómnibus de la línea "D".

Por otra parte, debido a la importante merma de usuarios sufrida en sus líneas, “La Transatlántica” resuelve retirarse del país y vende todos sus activos a la “Sociedad Comercial”.

Esta operación no es autorizada por el Municipio, obligando a que continúen operando como dos empresas diferentes, administradas por esta última.

A la coordinación interna de los servicios, las líneas y la formación de cooperativas se debe agregar el permanente contacto con las autoridades municipales con el fin de pautar reglas y formas de trabajo.

Llegado el año 1931 la mayoría de las Cooperativas de Consumo se habían transformado en “Cooperativas de Recaudación por línea”, con lo cual se evitaba la competencia entre los coches, en cada una de las líneas. Permitiendo, a su vez, que se enfrentara corporativamente la crisis económica que ese año se abatió sobre la industria y el comercio del País.

De todos los inconvenientes pendientes con las compañías de tranvías, el “problema” a solucionar era el del monopolio del transporte de personas en la ciudad, ya que las empresas de tranvías querían absorber los servicios de autobuses que se encontraban bastante consolidados.

En el 33, una fuerte compañía "Atlas Electric and General Trust", otorgó un préstamo de un millón de dólares al estado, estableciendo entre otras condiciones, que, en un plazo no mayor a 90 días debían resolverse los problemas con las compañías de tranvías. Parte de esta solución, implicaba eliminar o sustituir los permisos, indicando en definitiva, que las grandes compañías pretendían comprar los autobuses de los propietarios individuales, como ya lo habían hecho anteriormente con los tranvías de caballos.

En una reunión con el Presidente Terra, se le solicita que prohíba la venta de los autobuses a las compañías tranviarias a fin de no hipotecar nuevamente la independencia que se había adquirido en el servicio de transporte que los montevideanos no querían perder. El Estado respondió que no obligaría a los propietarios de ómnibus a vender sus coches, pero tampoco lo prohibiría.

Propiciar este medio de transporte por ser seguro, rápido, cómodo y confortable.

El Centro de Propietarios citó a Asamblea para el 18 de mayo con el fin de adoptar una resolución general ante estos hechos que venían sucediéndose.

“En esta histórica Asamblea presidida por Don José Añón los autobuseros juraron por su honor no vender los coches a las compañías de tranvías a ningún precio”[1], ofreciendo su colaboración al Estado para formar e integrar el capital necesario para adquirir el servicio tranviario a la empresa que los explotaba, nacionalizando totalmente el transporte de Montevideo.

De acuerdo a documentos de la época, se puede hipotetizar que el Estado estaba interesado en recibir el favor ofrecido por la empresa extranjera. Comenzó entonces un enfrentamiento entre el Estado y los autobuseros, en el que los dirigentes gremiales fueron tildados de opositores políticos y únicos causantes de las represalias gubernamentales. Esta controversia se prolongó por un par de años, en los que el Estado intentó (mediante una despiadada campaña de multas, sanciones y destratos) minar la resistencia de los trabajadores.

En 1934, ya se contaba con las líneas A, B, Ba, Bb, D, E, F, Fa, G, H, I, K, L, M y Z.

En el mes de agosto de 1936 se promulga el decreto N° 1178, que tenía como finalidad que los propietarios de autobuses no pudieran cumplir con las disposiciones allí establecidas en el plazo asignado, para poder caducar así todos los permisos revocables sobre la base de la incapacidad de organización que se pondría de manifiesto.

Este decreto exigía, que en el plazo de un año los propietarios de ómnibus se reunieran en una sociedad con personería jurídica, en la que debían reflejarse los intereses individuales, conformando un ente de carácter anónimo y cooperativo, que garantizara a la población la realización de un servicio organizado y responsable.

En noviembre de 1936, una Asamblea del Centro de Propietarios aprobó el proyecto de estatutos de CO.N.A.U.S.A. (Cooperativa Nacional de Autobuses Sociedad Anónima).

FUNDACIÓN DE CUTCSA

El 13 de mayo de 1937, en su local de la calle Juncal 1276 bis, se realizó una asamblea del Centro de Propietarios, en ella se aprobaron los estatutos sociales que redactara Dr. Francisco Panizza, asesor letrado del Centro, que junto a José Añón constituyeron los pilares principales en la formación de la nueva sociedad anónima. Dichos estatutos cumplieron con lo dispuesto por las autoridades, quienes exigieron que la organización debía nuclear al 75 % de los autobuses; sustituyendo el nombre de CO.N.A.U.S.A. por el de CUTCSA. (Cooperativa Uruguaya de Transportes Colectivos Sociedad Anónima).

El 30 de junio de 1937 las autoridades nacionales aprobaron dichos Estatutos.

En la Asamblea del 12 de agosto de 1937 se eligieron los integrantes del primer Directorio de la Empresa, que fueron los Sres. José AÑON (Presidente), Alfredo LOIS (Vicepresidente), Rogelio SANDE (Secretario), José VARELA (Tesorero), Eladio SUAREZ (Vocal), Pedro SAVIOTTI (Vocal), Venancio POMBO (Vocal) y se resolvió iniciar las actividades el 16 de agosto de 1937, con una flota que alcanzaba los 526 coches.

El 22 de diciembre de 1937, el Sr. Intendente Municipal de Montevideo promulgó el decreto N° 1750, otorgando a la Cooperativa Uruguaya de Transportes Colectivos Sociedad Anónima, la concesión para la explotación de los servicios de transporte colectivo en la ciudad de Montevideo, en vehículos de tracción automotriz con cualquier combustible, salvo la energía eléctrica.

Los más de 500 autobuses salieron orgullosos a la calle a cumplir sus servicios en nombre de la nueva Cooperativa.

Paulatinamente se fueron sustituyendo los originales colores de cada una de las unidades por los tradicionales blanco tiza con franja roja, cambiándose además el nombre de cada coche por un número correlativo para todas las unidades.

El 14 de marzo de 1938, las autoridades municipales y la cooperativa firman un contrato de concesión por el término de 16 años, para efectuar el servicio público de transporte colectivo de pasajeros.

Con la finalidad de adaptarse a la normativa legal en materia de sociedades, el 13 de noviembre de 1946, se transforma el nombre de Cooperativa por el de Compañía, desde entonces, la razón social será Compañía Uruguaya de Transportes Colectivos Socieda Anónima.

En 1947 se crea la Administración Municipal de Transportes Colectivos de Montevideo (A.M.D.E.T.), cuya finalidad era administrar la red de tranvías, la que había pasado a manos del estado como forma de pago por las deudas de la Sociedad Comercial de Montevideo. A causa de la Segunda Guerra Mundial el déficit de la empresa tranviaria se incrementó, ante lo que el ente municipal decidió importar ómnibus para sustituir alguna de las líneas de tranvías, violando así la concesión a Cutcsa. Esta medida no resultó y el déficit se incrementó.

A los ómnibus marca Ford, Renault, Reo, International, Aclo, Mark, Studebaker, que poblaron las calles del Montevideo de la década del ´40, se fueron sumando los Leyland Tiger, Bussing Nag, y las carrocerías nacionales Águila, Simoni e Independencia.

Ya en las décadas de los '50 y 60', la flota de Cutcsa continuó ampliándose con Mercedes Benz, Leyland Titan, Leyland Olympic, Leyland Worldmaster, Alfa Romeo, Bussing, Super Aclo y G. M. C.

En 1949, AMDET adquiere las empresas AMSA - Autobuses Montevideo S.A y TUSA - Transportes Urbanos S.A., las cuales no pasaban tampoco un buen momento. En 1951, pone en circulación los primeros trolleybuses, que sustituirían a los viejos tranvías. En este mismo año, se efectuó una consulta popular, conocida como el "Plebiscito del Vintén", a través de la cual los Montevideanos se manifestaron por el “NO”, ante el decreto municipal nro. 7451 que pretendía aumentar el precio del boleto un vintén. Posteriormente en 1955, se aprueba el decreto 9483, denominado "Coordinación del transporte colectivo de Montevideo", que pretendía nuevamente aumentar el precio del boleto para subvencionar el déficit de AMDET.

Sin embargo, los reclamos de Cutcsa contaron con el apoyo del pueblo montevideano, el cual presentó miles de firmas derogando finalmente el "Plebiscito del vintén".

En 1963 la IMM otorga nuevos permisos para explotar el servicio de transporte de pasajeros en Montevideo. Surgiendo tres nuevas cooperativas.

En la década de los 70, luego de haber superado grandes conflictos, que motivaron incluso su intervención de acuerdo a un decreto del Sr. Intendente Gral. Carlos Herrera - intervención que cesó una vez demostrada la cristalinidad de toda la operativa de la Compañía - la empresa se encuentra en plena renovación de su flota. Se afianzan los vehículos Leyland, Mercedes Benz y Scania.

En esa misma década, como resultado de un largo proceso de investigación y experimentación, Cutcsa desarrolla su propia fábrica de carrocerías. Se crean modelos urbanos, adecuados a las necesidades específicas de esta ciudad, tales como el “Montevideano” o el “Banda Oriental” y también de carácter interdepartamental, como el “Cimarrón”, generando así ocupación de mano de obra calificada.

Por otro lado en 1975, el Estado resuelve finalmente la liquidación de AMDET, distribuyendo sus líneas y vehículos entre sus funcionarios, quienes se agrupan en nuevas cooperativas.

Hacia fines de los '70 se formaliza el sector interdepartamental, conformado por las líneas que atendían las zonas de los departamentos de Canelones y San José, próximas a Montevideo y sumándose las líneas C1, C2, C3 y C4 de Cutcsa, hasta Salinas y Parque del Plata.

En 1980 la intendencia autoriza a Cutcsa llevar a cabo servicios directos entre Ciudad Vieja y Carrasco –línea D1- con mucho éxito.

A fines de la década de los 80’ se incorporan buses Leyland, Volvo, Scania y Mercedes Benz, reiniciando el proceso de renovación de unidades.

En 1992 se centralizan las líneas suburbanas en la Terminal Baltazar Brum.

La abrupta caída de la venta de boletos fruto de la crisis de la región y del país, modificó la participación de Cutcsa en el mercado, ya que continúa siendo la compañía líder de transporte colectivo de pasajeros.

ACTUALIDAD de CUTCSA

Desde sus inicios, CUTCSA trabaja para satisfacer las necesidades de transporte de Montevideo, ampliando sus servicios, renovando su flota, buscando acompañar el crecimiento de la ciudad, llegando actualmente a los departamentos de Canelones y San José.

1052 ómnibus atienden aproximadamente 100 recorridos de la Empresa, uniendo los barrios de Montevideo y su área metropolitana.

Cutcsa posee la infraestructura adecuada para el mantenimiento de sus unidades: talleres, servicios y flota de apoyo, contando además con predios propios para el estacionamiento de las unidades.

Además de los talleres de mantenimiento, existen lavaderos automáticos, expendio de combustibles, oficinas recaudadoras y amplios parques de estacionamiento, ubicados en distintas zonas de la ciudad, que dan agilidad al sistema y permiten la descentralización necesaria.

Están establecidos distintos fondos de asistencia financiera para la renovación y reparación de la flota, así como una compañía aseguradora de cobertura total, lo que fortalece el funcionamiento integral de la organización.

Actualmente la flota se renueva cada quince años, siendo las últimas incorporaciones en 2008 y 2009.

En el 2008, se incorporaron 250 ómnibus Mercedes Benz Marcopolo , destinada a los ómnibus urbanos y suburbanos.

En el siguiente año, se continuó con este proceso, sumándose 200 coches de la misma marca, que cumplen con la normativa Euro III (motor electrónico), reduciendo sustancialmente la emisión de gases contaminantes.

Estando a la vanguardia en brindar a la población soluciones de transporte para todos, fue pionera en la incorporación de servicios regulares con unidades adaptadas para facilitar el ascenso y descenso de personas con discapacidades físicas por medio de una plataforma electro- hidráulica, brindándoles a todos y especialmente a quienes viajan en silla de ruedas un viaje confortable y seguro. Éstas unidades cuentan además con la certificación de normas UNIT.

En el año 2008 se inauguraron dos líneas que tienen como finalidad satisfacer la demanda de los clientes, facilitando su movilidad: DM1 y CA1.

El recorrido CA1, por su parte, comunica Ciudad Vieja con Terminal Tres Cruces. Las unidades de esta línea, permiten Accesibilidad Universal, cuentan con rampa y son de piso bajo, por lo que poseen certificado UNIT.

Actualmente, se procura la total incorporación de tecnología, con máquinas expendedoras automáticas de boletos y equipos GPS (posicionamiento global satelital). El nuevo sistema permitirá paulatinamente disminuir el manejo de dinero efectivo en las unidades, desalentando los robos en el transporte, así como posibilitando realizar un mejor control del cumplimiento de frecuencias.

El compromiso con nuestros clientes y con la comunidad en la cual desarrollamos nuestra tarea, nos impulsa a trabajar en la continua mejora del servicio, implementando el nuevo sistema de transporte colectivo y promocionando el desarrollo integral de nuestra sociedad, a través de proyectos vinculados a mejorar la calidad de vida de los uruguayos, apoyando a la niñez, a la enseñanza, a la cultura, a la salud, al deporte, y a diversas organizaciones sociales.

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